El concejal de Cultura y Recuperación del Patrimonio, Jesús Pacheco, ha celebrado "la declaración del Puente Viejo, también conocido como Puente de los Peligros, como Bien de interés Cultural".
"Ello supone reconocer el valioso patrimonio e historia del municipio, destacando la gran relevancia e interés de esta construcción y permitirá seguir trabajando en la protección y recuperación de nuestro patrimonio", ha apuntado Pacheco.
Esta infraestructura, cuya primera piedra fue colocada el 10 de septiembre de 1718, fue construida hace casi tres siglos, sustituyendo al anterior puente destruido en 1701 como consecuencia de una de las numerosas riadas que a lo largo de los años asolaron Murcia.
La solución que presentó el arquitecto Toribio Martínez de la Vega fue construir una estructura con una notoria elevación que hoy sigue siendo visible, ya que se aprecian claramente las cuestas que hay al final de la Gran Vía y en dirección a la plaza Camachos.
Las obras se subastaron en 1704, pero no comenzaron a ejecutarse hasta 1717. La construcción del puente no concluye, tras varias largas interrupciones y algunas modificaciones, hasta 1742, con la intervención de Jaime Bort (1739-1742), arquitecto barroco cuya obra más importante fue la fachada de la Catedral, la Plaza del Marqués de Camacho, el retablo de la Iglesia de la Merced o su intervención en la fachada del Santuario de la Fuensanta, labrando la hornacina central con la imagen de la Virgen flanqueada por San Patricio y San Fulgencio.
La denominación popular de puente de los Peligros se debe a la presencia a su lado de una hornacina que guarda la imagen de una virgen denominada de los Peligros, colocada el 12 de septiembre de 1742, de profunda veneración en la ciudad.
El Puente Viejo fue el primer puente de la historia de Murcia que aguantó sin problemas las periódicas inundaciones del río Segura, incluyendo la gran riada de Santa Teresa de 1879.